Nada contribuye más a la claridad y firmeza de las ideas que la ignorancia.
El escepticismo y las dudas no vienen con la edad o el elitismo contrariado, sino con el estudio o la experiencia. Lo que el devoto llama «traición» es sólo el derecho a ser hoy menos tonto que ayer. El feligrés, en cambio, se enorgullece de no aprender jamás.

Fernando Savater

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