El trono irradia dignidad, pero solo por contraste con la sumisión que lo rodea; es la sumisión de los súbditos lo que crea su superioridad y le da sentido; sin ella el trono no es más que un incómodo sillón raído.

Ryszard Kapuscinski, «El Emperador»

Las guerras no empiezan nunca con el primer tiro, sino con el cambio de lenguaje.

Rizschard Kapuscinski

Cuando se descubrió que la información era un negocio, la verdad dejó de ser importante.

Rizschard Kapuscinski

El trabajo del periodista no consiste en pisar las cucarachas, sino en prender la luz para que la gente vea como corren a ocultarse

Rizschard Kapuscinski